La Historia del Culturísmo Masculino y Femenino
Culturismo Masculino y Femenino
antidiscriminatorias y la tímida aceptación pública de atrevidas mujeres deportistas decididas a luchar contra las diferencias entre sexos. Sin embargo, los inicios del fisicoculturismo femenino se asemejan a lo que hoy en día conocemos como “bodyfitness”. Sería entonces, muchos años después, cuando el máximo desarrollo de los músculos representaría a las verdaderas guerreras de este deporte.
Competiciones de culturismo, sus comienzos
Las competiciones de culturismo internacionales dan comienzo a finales de los años cuarenta, ya que en 1947 tiene lugar el torneo donde se disputa el primer Mister Universo que se realizara en la ciudad de Filadelfia, Estados Unidos siendo Steve Stanco el ganador.
Al año siguiente se realiza en Londres el primer Mister Universo de la Nacional Amateur Body Building.
El término “Mister” fue suspendido en el año 1972 por decisión de la Federación Internacional de Físicoculturismo, IFBB y que representa en la actualidad de modo oficial al deporte físicoculturista. El término fue reemplazado por el término más deportivo “Campeonato” que se encuentra más cercano al espíritu de esta actividad.
Asimismo, en 1965 tuvieron comienzo las competiciones para culturistas a nivel profesional, celebrándose el primer Mister Olimpia que fue patrocinado por Jose Weider. En dicha competencia el vencedor fue Larry Scout que con el pasar del tiempo se encargó de lanzar a la fama a hombres como Arnold Schwarzenegger o Lee Haney.
Ya en España en 1965 se celebra el primer campeonato de Madrid, participando fisicoculturistas llegados de diversas regiones del país y que fue ganado por Amalio Laceras.
En tanto que el primer campeonato de España se celebró en 1969 en Gerona donde fue proclamado campeón el deportista Baldo Lois.
Para las competiciones culturismo femenino hubo que aguardar unos años y en 1977 un promotor americano proveniente del estado Ohio celebró la primera competición de “mujeres entrenadas con pesas”, donde se hizo acreedora al trofeo la gimnasta Gina La Spina.
El primero campeonato mundial de fisicoculturismo femenino se realizó en 1979, siendo la vendedora Lisa Lyon.
Para 1980 el culturismo femenino alcanza mayor importancia y notoriedad cuando Joe Weider crea el certamen Miss Olimpia, que fue ganado por Rachel Mclish, trayendo consigo la profesionalización de las mujeres en este deporte.
En 1982 tienen lugar en Madrid y Barcelona las primeras competiciones femeninas, donde se consagran ganadoras Mari Caren Rey, Paula Doncel y Paloma Ramos, en tanto que el primer campeonato de España femenino se realizó en Ibiza en 1983, siendo la ganadora en esa ocasión Paula Doncel.
Desde “Miss United States” (Miss Estados Unidos a “The Best of the World” (la mejor del mundo), hacia Miss Olympia, luego Miss Galaxy y finalmente Freestyle Fitness.
Pocas personas están tan familiarizadas con los inicios del fisicoculturismo y fitness como George Snyder, que estuvo allí desde el primer día. Por lo tanto, a partir de sus recuerdos y experiencias ha narrado la evolución de este deporte y desde luego sus aciertos y errores.
De hecho, cuando prácticamente nadie asistía a los concursos masculinos, Snyder tuvo la idea de invitar a participar mujeres en una especie de “concurso de bikini”; lo que automáticamente acaparó la atención de varios promotores.
Finalmente en 1979; no sin antes haber pasado por innumerable problemas con los jerarcas del nuevo deporte, George Snyder organizó el evento “Best of the World”, que sería el primer concurso de “fisicoculturismo” para mujeres. Una de la reglas era no hacer poses masculinas; de hecho se tenía que posar con las manos abiertas y no en puño, como hacen los hombres.
La verdad es que aunque varias ya entrenaban con pesas, la mayoría de las chicas parecía que iba a un concurso de bikini en cualquier playa; sin embargo, una joven de color de nombre Carla Dunlap, se quitó los zapatos de tacón y asombró a la audiencia con su impresionante y definido físico.
Ese mismo día, Laura Combes, una de las mujeres más musculosas de la época, desde encima del estrado miró a Arnold Schwarzenegger, quien actuaba como maestro de ceremonias para Snyder, que en silencio asintió y Laura hizo que los asistentes la aclamaran de pie cuando posó el “doble bíceps” con los puños cerrados y en ese preciso instante nació el culturismo femenil. Snyder preguntó a Joe y Ben Weider, a raíz de la respuesta del público: ¿Qué piensan ahora de la participación de las mujeres en este deporte?
The Best in the World (la Mejor del Mundo), el concurso de 1979 con el que empezó todo y creó un lugar para las mujeres en el fisicoculturismo. El siguiente año, Snyder creó y organizó Miss Olympia.
Snyder llevó el deporte a una nueva dimensión cuando se abrió el telón del primer concurso “Miss Olympia” en Pennsylvania en 1980. Aunque el culturismo femenino ya estaba disfrutando de cierta popularidad, fue el Miss Olimpia de Snyder el que se convertiría en el concurso importante a nivel mundial.
También fue la plataforma desde la cual Rachel McLish regiría. Apareció en revistas de Joe Weider (Muscle & Fitness, Flex y Shape), las formas largas atractivas de Rachel capturaron la atención del mundo. En poco tiempo esta joven texana de origen mexicano, tendría al mundo de las pesas a sus pies.
Rachel tenía una combinación ideal: músculos y belleza. Su “flex appel” (como le llamaban), fue el atractivo sexual que catapultó el deporte del culturismo de las mujeres en lo que se llamó acertadamente, el deporte de mayor crecimiento de la década.
Los eventos de culturismo de mujeres atraían a cientos de competidoras y miles de espectadores. La promoción que hizo Snyder del Miss Olympia y la exposición que recibió en revistas de todo el mundo, junto con la publicidad de televisión fueron su detonante.
En menos de cinco años, las mujeres habían pasado de casi ninguna experiencia en el arte y la ciencia del entrenamiento con pesas a dominar todo un deporte basado en sus principios.
De repente, la pregunta en la mente de todos era: ¿Hasta dónde va a llegar?
Increíblemente las mujeres no solo ayudaron promocionar el deporte del culturismo, sino que también hicieron que el público en general se interesara en el entrenamiento con pesas como una forma viable y esencial del ejercicio. En la década de 1970 los entrenadores todavía creían que las pesas podían hacer que los atletas estuvieran musculosos pero que se hicieran lentos y torpes. Incluso los atletas profesionales realizaban ejercicios y trabajo cardiovascular, pero muy pocas pesas.
Coincidiendo con el ascenso meteórico del culturismo femenino, el levantamiento de pesas comenzó a estar bajo el escrutinio de los fisiólogos del ejercicio que comenzaron en serio el estudio de la fuerza y sus muchos beneficios para la salud. Se llevaron a cabo miles de estudios, siempre con atletas varones. Estudios sobre el rendimiento y también sobre sustancias estimulantes como la testosterona y sus derivados.
Los científicos comenzaron a evaluar críticamente el entrenamiento y sus efectos en los atletas masculinos. Sin embargo, para las mujeres, que sólo habían empezado a usar pesas en los últimos años, no había antecedentes y por ende no se podían sacar conclusiones.
Por lo tanto, tuvieron que aprender gracias a los experimentos que hacían con ellas mismas, sus entrenadores o parejas (normalmente entrenadores o fisicoculturistas), que les daban los mismos entrenamientos, la misma alimentación y las mismas sustancias.
Ese fue un período de descubrimiento que tendría tanto sus triunfos como sus tragedias.
Los esteroides y el culturismo femenino
El culturismo femenino le dio al culturismo masculino un fuerte empujón. De repente, éste deporte oscuro y menospreciado recibió el apoyo popular. Los premios en metálico que se ofrecía aumentaron de forma importante, y de la misma manera en que la carrera artística de Arnold Schwarzenegger despegaba, el culturismo masculino se hizo más competitivo, teniendo ahora a una verdadera superestrella a quien emular.
Lamentablemente, el culturismo masculino también dio al culturismo de mujeres un empujón, pero no fue en el mismo sentido; fue para clavar una jeringa llena de esteroides en el trasero.
Una dura lección que aprender
Para la década de los 90, el culturismo de mujeres era un deporte moribundo envuelto en una tremenda confusión.
La deshonestidad gobernó. Todos los campeones proclamaron ser “naturales”, y las pruebas de drogas debían probar este hecho, por tal motivo también se manipulaban para hacer creer al gran público que así era. Sin embargo, los procedimientos de pruebas eran falsos, inconsistentes e inexactos. Los rumores persistieron, pero nadie lo admitía públicamente.
A estas alturas las mujeres ya tenían de cinco a diez años de duro entrenamiento utilizando su cinturón de cuero para levantar grandes pesos. Habían construido sus músculos del mismo modo que los hombres lo habían hecho durante años, a base de entrenamientos repetidos de alta intensidad con pesos cada vez más elevados.
Esto en sí mismo es un fenómeno fascinante del que poco se sabe o se ha documentado. ¿Fue el entrenamiento con grandes pesos el que convirtió a estas mujeres en monstruos masculinizados o fueron de las drogas? El público estaba confundido y disgustado. La mayoría de las mujeres que le habían dado al deporte su atractiva imagen sexy se habían retirado.
Snyder se había retractado de promover el deporte que él mismo creó y se retiró de la I.F.B.B., cediéndole todos los derechos sobre Miss Olympia, ya que en lo que se había convertido, no tenía nada que ver con la idea que él tenía sobre la estética femenina y el deporte.
En los años 80 la gente se preguntaba qué estaba pasando en el mundo del músculo.
Mujeres como Cory Everson lograron construir un físico musculoso que aún conserva su atractivo femenino. Otros, sin embargo, habían llevado este deporte demasiado lejos. No era raro ver mujeres de grandes físicos con casi 80 kilos de peso lo hacía parecer más un grotesco espectáculo de circo que un deporte.
Lamentablemente hay muchos a los que les gusta jugar al Dr. Frankenstein con las mujeres a las que entrenan y las utilizan como conejillos de indias para sus propósitos. Es lógico que si ellas no se prestaran tampoco sucedería; pero muchas veces se ponen en manos de inescrupulosos que “dicen” que saben lo que hacen.
La televisión, que alguna vez había clamado por los derechos de transmisión, ya no quería saber nada de esas mujeres que se habían convertido en un fenómeno circense.
Incluso las revistas de culturismo redujeron su cobertura de mujeres culturistas. Los concursos que una vez atrajeron a cientos de competidoras tenían ahora sólo un puñado y el público las fue abandonando aburrido porque siempre participaban las mismas; eso sí, cada vez más musculosas.
No sólo las competidoras sintieron los efectos del desprecio a sus músculos, también los clubes y gimnasios los sufrieron.
La década de los 80 fueron un boom para los clubes de salud, el entrenamiento con pesas se convirtió en la forma más aceptada y eficaz para formar y fortalecer el cuerpo.
Los gimnasios que rebosaban de mujeres, gracias también a los aerobics empezaron a sufrir a finales de esa década. La participación femenina iba en declive, la gente encargada de la venta de membresías en los clubes y gimnasios se esforzaba explicar que los físicos femeninos masculinizados se debían al consumo de esteroides y no al entrenamiento con pesas.
Sin embargo, la mayoría de las mujeres no estaban dispuestas a correr ningún riesgo y se olvidaron de la sala de musculación y se dirigieron de regreso a sus clases de aerobics.
Era muy común oír decir a las mujeres (y un buen número de hombres también) en su recorrido por un área de entrenamiento: “Yo no quiero esos músculos”. Una vez más regresó el estigma acerca de las mujeres y entrenamiento con pesas y esta vez era aparentemente justificable.
La década de los 90´s trajo nueva información y otros espacios competitivos para las mujeres que querían participar.
Como los concursos de culturismo femenino se desvanecían, una nueva modalidad deportiva comenzó a florecer: el Fitness. Se retomaba la idea original de Snyder de lo que deberían ser los físicos femeninos, saludables y en plena forma.
Para ese entonces los concursos de bikinis eran muy populares en Estados Unidos, principalmente en los bares y en los lugares de playa. En un nuevo intento por regresar la feminidad al deporte, algunos de estos concursos animaban a las participantes a utilizar minúsculos bikinis y rutinas de poses muy sexys.
Sin embargo, no todas estuvieron de acuerdo y aunque tuvo un gran mercado no terminó por gustar. Habría que hacer algo, de otra forma el final estaba muy cerca.
Así que nuevamente George Snyder apareció en la arena deportiva con una nueva propuesta Miss Galaxy.
Miss Galaxy, el nuevo concurso de George Snyder introdujo a las mujeres a un nuevo tipo de evento deportivo en 1993. El resultado no sería determinado por el tamaño de sus músculos, sino por su capacidad atlética para completar una carrera de obstáculos que requiere de fuerza, resistencia, velocidad, coordinación y agilidad.
El objetivo de Miss Galaxy, como en su momento fue el de Miss Olympia, ambos creados por Snyder, era organizar un concurso donde las mujeres pudieran prepararse para lucir el físico logrado con su arduo trabajo en el gimnasio. Antes del Galaxy, las revistas sólo presentaban a mujeres culturistas musculosas y nada femeninas.
Fue el concurso Miss Galaxy el que abrió las puertas a las mujeres atractivas del mundo del fitness para aparecer en las portadas de las principales revistas y desde entonces no han dejado de hacerlo. Con esta idea Joe Weider, la I.F.B.B. y todo el imperio del fisicoculturismo resultaron beneficiados nuevamente y se dio un tremendo impulso a una actividad decadente.
Las mujeres fisicoculturistas más impresionantes de mundo
Uno al pensar en el fisicoculturismo, siempre lo asocia con personas impresionantemente musculosas. Con los cual se está en lo correcto. El fisicoculturismo, es una disciplina, la cual se practica para aumentar la masa muscular. Y esta exigente práctica deportiva además requiere del practicante un estilo de vida muy sano y organizado, para poder cumplir con un duro entrenamiento y una rigurosa dieta.
Para muchos la imagen del físicoculturismo femenino se liga a el estereotipo de una mujer grande y dominante, esto en el aspecto de las relaciones es una concepción errada debido a que la femineidad se encuentra dada por muchos más detalles que la masa muscular o fuerza que una atleta posea. Pero para algunos hombres es complicado poder ver el atractivo en cuerpos que parecen más masculinos que femeninos.
Por eso te mostramos estas mujeres fisicoculturistas que aunque tienen cuerpos impresionantes y musculosos, seguramente no las vas a querer tener como novias.
1. Lisa Marie Varon
Los fans de la WWE la conocen mejor como Victoria, pero ella era una fisicoculturista de renombre mundial mucho antes de convertirse en una diva de la WWE. Lisa Marie ganó su primer concurso de fitness a la edad de 26 años y nunca ha mirado hacia atrás.
2. Iris Kyle
Si hay un Michael Jordan de culturismo femenino, es Iris Kyle. Consistentemente ubicada en la parte superior de las tablas de clasificación, de los concursos de culturismo, Iris ha ganado la impresionante cantidad de diez competencias Ms. Olympia.
Iris Kyle
3. Yaxeni Oriquen-Garcia
Otro fisicoculturista que está constantemente en la cima de la clasificación, la venezolana-estadounidense Oriquen-García ha sido una parte del mundo del culturismo competitivo desde 1989.
4. Brigita Brezovac
Esta leyenda eslovena está ahora retirada, pero en su apogeo era conocida como una de las mujeres más musculosas que compiten en el circuito del culturismo. Brigita usualmente se situaba en el top seis de las competencias, hasta que anunció su retiro en 2013.
Brigita Brezovac
5. Nicole Bass-Fuchs
Una de las culturistas con más logros de los años 80, Nicole se cambió a una nueva carrera en la lucha libre profesional en los años 90. Hizo su debut en la legendaria federación ECW y continúa recorriendo el circuito independiente hasta el día de hoy.
6. Rebekka Armstrong
Una de los atletas más progresistas en la historia del culturismo femenino, Rebekka ha ganado elogios por su activismo en la defensa de la concientiación del VIH / SIDA, así como la comunidad LGBTQ.
7. Nikki Fuller
Fuller saltó a la escena en 1988 y disfrutó de una sólida década de dominio. En su pico, su bíceps medía 18 pulgadas
8. Debi Laszewski
Actualmente clasificada en tercer lugar en la Lista de Clasificación de Culturismo Femenino Profesional de la IFBB, Laszewski ha estado compitiendo constantemente desde mediados de los 90s. También trabaja como entrenadora personal en Florida.
9. Marianna Komlos
La vida de Komlos fue trágicamente truncada por el cáncer de mama, pero en sus 35 años compitió en numerosos eventos y apareció en múltiples portadas de revistas de fitness.
Marianna Komlos
10. Joanie Laurer (Chyna)
Posiblemente la luchadora femenina más famosa de la historia, Chyna era conocida por los hombres de lucha libre - y ganadora. "La novena maravilla del mundo" falleció en 2016.
11. Alina Popa
La rumana comenzó a competir en el 2000 con 22 años y pronto hizo el salto a los Estados Unidos. Ella ocupa el segundo lugar en la Lista de Clasificación del Culturismo Femenino Profesional de la IFBB.
Alina Popa
12. Rasa von Werder
Una verdadera leyenda, von Werder (también conocido como Kellie Everts) ha hecho mucho en sus 70 años. La fisicoculturista también ha destacado como un stripper y ministro religioso.
Culturísmo Masculino y Femenino
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