Mercado Medieval de Otoño El Escorial 2018
Mercado Medieval de Otoño El Escorial 208
Historia de los Mercados Medievales
EL COMERCIO MEDIEVALLas ciudades del Occidente de Europa que estaban en decadencia desde la caída del Imperio Romano comienzan a resurgir a partir del siglo XI convirtiéndose en el motor de todos los cambios. Pero. “la ciudad” era ante todo un mercado en el que se intercambian todo tipo de productos, tanto con el entorno rural como con las ciudades próximas en los “mercados semanales” o “diarios”, pero sería el comercio a larga distancia, es decir las “Ferias”, las que permiten el crecimiento de grandes ciudades.
También tuvo una gran importancia en el desarrollo del comercio la “ganadería trashumante" que proporcionaba la lana la industria textil.
En España destacaron las ferias de Medina del Campo Valladolid. Floreció a través de diferentes rutas.
La ruta del Mediterráneo permitió la llegada a Europa de mercancías de Oriente tales como: seda, especias, pieles, perfumes etc...
El mercado castellano se orientó a la venta de lana para la industria pañera de Flandes.
Con el desarrollo del Comercio se intensificó la “circulación monetaria” con diferentes monedas de oro y plata, que propició el nacimiento de la “banca”.
La mejor forma de retroceder en el tiempo es acercarte a un Mercado Medieval. Por suerte en España tenemos multitud de ellos repartidos por toda la geografía.
Si algo tienen en común estos mercados es que sus participantes, y en general los habitantes del pueblo o de la ciudad en cuestión, se curran el evento muy mucho y eso se nota.
Un Mercado Medieval recrea a la perfección esa época de nuestra historia con representaciones teatrales por las calles y plazas, actuaciones musicales, trovadores recitando versos al aire y artesanos desempeñando oficios tales como la metalurgia, la carpintería o profesiones artísticas.
Aprovecha para visitar España y conocer los mejores mercados medievales nacionales.
HISTORIA DE EL MERCADO MEDIEVAL
EL COMERCIO MEDIEVAL
Las ciudades del Occidente de Europa que estaban en decadencia desde la caída del Imperio Romano comienzan a resurgir a partir del siglo XI convirtiéndose en el motor de todos los cambios.
Pero. “la ciudad” era ante todo un mercado en el que se intercambian todo tipo de productos, tanto con el entorno rural como con las ciudades próximas en los “mercados semanales” o “diarios”, pero sería el comercio a larga distancia, es decir las “Ferias”, las que permiten el crecimiento de grandes ciudades.
También tuvo una gran importancia en el desarrollo del comercio la “ganadería trashumante" que proporcionaba la lana para la industria textil.
En España destacaron las ferias de Medina del Campo (Valladolid). Floreció el comercio exterior a través de diferentes rutas.
La ruta del Mediterráneo permitió la llegada a Europa de mercancías de Oriente tales como: seda, especias, pieles, perfumes etc...
El mercado castellano se orientó a la venta de lana para la industria pañera de Flandes.
Con el desarrollo del Comercio se intensificó la “circulación monetaria” con diferentes monedas de oro y plata, que propició el nacimiento de la “banca”.
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¿Cuál es la diferencia entre el mercado y la feria?
- La feria tiene una mayor duración.
- Tiene una reglamentación más completa.
- Mueve mayor volumen de mercancías y personas asistentes.
¿Qué productos compraban o vendían los mercaderes?
- Cereales: trigo, cebada y centeno.
- Vid, hortalizas, frutales y plantas industriales como el lino.
El Camino de Santiago por la capital leonesa está marcado por la calle “La Rúa”, calle muy próxima a la iglesia de Santa María del Mercado.
En la plaza que aún hoy se conoce con el nombre de “Plaza el Grano” tenía lugar la venta de grano y legumbres que llevaban a cabo los campesinos leones.
En los mercados, los peregrinos y demás ciudadanos podían también, comprar esencias hechas con flores y plantas de diferentes comarcas.
Algunas plantas servían al peregrino como elemento curativo, especialmente para los pies, que sin duda la parte más machacada a lo largo del viaje.
Viajamos a la Edad Media! Calendario de ferias y mercados medievales en Madrid
Viajemos en el tiempo… En la Edad Media, tanto el coste como la poca seguridad del transporte de la época dificultaban el acceso a productos de primera necesidad. También a artículos llegados desde países lejanos.
En esas circunstancias, comenzaron a proliferar los mercados como la única fórmula para realizar los intercambios de bienes.
Su éxito fue tal que se convirtieron en eventos multitudinarios que lograban reunir a gente de diferentes procedencias y lenguas que esperaban ansiosos su celebración, con las fechas bien presentes en la cabeza.
Aunque, eso sí, en la actualidad se llevan a cabo con un objetivo festivo y suelen durar entre uno y tres días, mientras que en la Edad Media podían llegar a extenderse durante un mes.
Reyes, reinas, señores feudales, sirvientas… Las ferias y mercados medievales nos transportan a una época casi mágica en la que los trajes ponen el punto de color a un ambiente que huele a especias, carnes a la brasa, quesos artesanales, vino y cuero.
Sin duda, un plan diferente de esos que huelen a historia. A ayer. A varios siglos atrás.
Historia de los Mercados Medievales
A partir del siglo XII, se dieron profundos cambios en Europa, el comercio en la Edad Media: la economía rural y cerrada, propia de la época feudal se transformó, gradualmente en una economía abierta y comercial.
Entonces, la industria, los mercados y el dinero recobraron importancia. Este renacimiento comercial, que llegó a su auge en el sigloXIII. se debió, fundamentalmente, a las siguientes causas:
Aumento de la producción agrícola, pues generó un excedente de productos que debieron ser vendidos fuera de su área.
La paz en Europa, que ofreció seguridad en los caminos y en los mares, luego de varios siglos de conflictos.
Aumento de la población debido a la disminución de las guerras y al mejoramiento de las condiciones alimentarias, que provocó la necesidad de satisfacer los requerimientos de más gente cada vez.
Las cruzadas, que abrieron nuevos caminos comerciales marítimos y terrestres y revitalizaron el comercio entre Oriente y Occidente.
El aumento demográfico
A pesar de las escasas fuentes que tenemos para calcular el volumen de la población en la Edad Media, se sabe, por aproximaciones basadas fundamentalmente en la extensión de los cultivos, que desde el siglo XII hubo un gran aumento demográfico en Europa.
Los historiadores opinan que hacia el año 1 100 la población europea era de unos 48 millones de habitantes; hacia el 1 200 pasó a ser de 61 millones de habitantes y en el 1 300 superó los 73 millones. Este aumento demográfico, que exigió un mayor desarrollo económico, al mismo tiempo propició una mayor disponibilidad de mano de obra.
aumento de la poblacion edad media
Aumento de la población en la Edad Media
Tres necesidades básicas
La actividad comercial e industrial de la Edad Media se destinó, principalmente, a satisfacer las necesidades básicas de la población: alimentación, vestido y vivienda.
Sin embargo, siempre hubo ciertos productos alimenticios que sólo podían obtenerse de lugares más lejanos, y algunas zonas, como por ejemplo Flandes y Noruega, se veían obligadas a importar incluso sus alimentos esenciales de lejos. Entre los productos alimenticios que más se comerciaron figuran los cereales, los productos lácteos, la sal y la cerveza.
Un nuevo personaje: el mercader
mercader edad media
Mercader de la Edad Media
Al fortalecerse el comercio en la edad media, se formó en Europa una clase de comerciantes profesionales o mercaderes que con su profesión, relegaron la actividad agraria a un papel secundario. Estos mercaderes crearon una mentalidad propia, muy particular.
Los primeros comerciantes sólo recorrían pequeñas distancias para vender sus productos, pues los caminos eran malos y los bandidos los asaltaban con frecuencia. Además, cada vez que cruzaban un feudo, el señor feudal los obligaba a pagar un impuesto o les confiscaba sus mercancías.
A finales del siglo XII en cambio, los mercaderes se volvieron errantes. Se trasladaban con sus mercaderías de lugar en lugar y vendían sus productos en ferias que se celebraban en fechas y lugares establecidos. Por eso se los llamó pies polvorientos.
Los pies polvorientos usaron animales de carga -en particular, caballos- para transportar sus mercancías. Otro vehículo muy utilizado por estos primeros comerciantes fue el carro de cuatro ruedas, tirado por caballos o por bueyes.
Para compensar las dificultades, los peligros y el costo del camino, los pies polvorientos vendieron no sólo productos de primera necesidad sino, también, productos de lujo como perfumes, especias y tintes que les dejaban un amplio margen de ganancias. También usaron las vías fluviales y las marítimas.
A partir del siglo XIV los mercaderes se volvieron sedentarios pues el volumen creciente de sus mercaderías dificultó su traslado de feria en feria. Entonces, comenzaron a establecerse en determinadas ciudades y comenzaron a vender al por mayor.
El comercio local
El primer tipo de el comercio en la edad media que cobró importancia en la Edad Media fue el comercio local, es decir, el que se efectuaba del campo a la ciudad. A través de este comercio, los campesinos libres y los señores feudales vendían sus excedentes a la ciudad: productos agrarios, madera, cuero y lana principalmente.
Luego, con las ganancias obtenidas con sus ventas, compraban en las urbes mercancías más elaboradas de las que no disponían en el campo como, por ejemplo, telas y herramientas.
El comercio local nunca desapareció. Sin embargo, fue el comercio a larga distancia o internacional el que caracterizó el renacimiento económico de la Edad Media.
Los Mercaderes y el campo
Una nueva clase social
Desde principios del siglo XII, la superpoblación, el hambre y las guerras habían bandeado a un número considerable de individuos, errantes, privados de todo, que pasaron a engrosar la multitud de mendigos o peregrinos ya existente.
Entonces, algunos se dedicaron a pequeños negocios
Probaron una nueva suerte que nada tenía en común con las actividades tradicionales. Así pues, uno puede suponer que estos mercaderes crearon una mentalidad propia, muy particular.
Esta gente, que hizo tabla rasa de sus antiguos vínculos, se lanzó a la aventura
buscando, ante todo, un rápido enriquecimiento. Los cronistas de la época hablan de advenedizos, de hombres sin fe y sin ley, sin escrúpulos, que por sus costumbres y modos difieren de los demás hombres.
J. Heers. Historia de la Edad Media
comerciante edad media
Comerciante de la Edad Media
Del campo a la ciudad
La mayoría de las ciudades medievales del siglo XII eran pequeños centros donde los habitantes del campo circundante ofrecían un excedente
de su producción a cambio de objetos elaborados en la ciudad como, por ejemplo, zapatos, o de artículos que llegaban a ella procedentes de otras regiones. Las ciudades reunían el excedente de su propia zona y lo pasaban a otras regiones y, al mismo tiempo, recibían parte del excedente de otras regiones y lo distribuían en su territorio. Para concentrar estos movimientos de compra-venta, las ciudades organizaron ferias que se celebraban una vez a la semana.
El comercio internacional y sus centros
El renacimiento de el comercio en la edad media se dejó sentir en toda Europa, pero hubo dos grandes focos donde éste se concentró: Italia del Norte y Flandes. Ambas eran zonas muy pobladas que se dedicaban a la manufactura de tejidos, de objetos de metal y de cerámica.
Italia
Italia se benefició del comercio internacional, pues estaba al centro de una antigua red vial romana y al medio del Mediterráneo. Por ello, y como consecuencia de las cruzadas, sus ciudades controlaron el comercio con Oriente. Los puertos más beneficiados con ello fueron Venecia, Génova y Pisa.
A través del Mediterráneo, Italia vendía a Oriente productos propios y artículos traídos del norte de Europa. De Oriente, los comerciantes italianos llevaban a Europa especias, sedas y perfumes.
Flandes
Otra zona comercial que gozaba de una situación estratégica era Flandes que se hallaba frente al mar del Norte y en la que desembocaban varios ríos europeos, como el Rin y el Mosna.
La región de Flandes perteneció a una importante liga comercial, la liga Hanseática, que comerciantes alemanes habían organizado con las ciudades de Hamburgo, Lübeck. Rostock y Stettin a la cabeza. Esta liga monopolizó las exportaciones del norte de Europa, desde Novgorod en la actual Rusia, hasta Londres
De esta manera la liga Hanseática consolidó un importante tráfico de trigo, madera y pieles que, en Flandes, se reunía en la ciudad de Brujas, que fue su principal puerto de almacenaje y redistribución.
Flandes exportaba los productos de estas regiones al resto de Europa a cambio de artículos de Europa del centro y del sur y de objetos de Oriente. Exportaba, también, sus propios tejidos.
Rutas y transportes
Para comerciar a larga distancia, los comerciantes medievales contaron con tres rutas: las vías terrestres, las fluviales y las marítimas. Aunque el transporte terrestre permitía alcanzar zonas del interior sin ríos, fue siempre el más caro y penoso, pues los caminos eran malos e inseguros y se debía pagar gran cantidad de impuestos
Por seguridad, los mercaderes preferían el transporte fluvial. Las redes fluviales más importantes fueron las del río Po, el Ródano, el enrejado de ríos de la zona de Flandes. el Rin y el Danubio. Sin embargo, el medio fluvial también estaba sujeto a impuestos.
El medio de transporte más barato fue el marítimo, por eso fue el preferido a pesar de los riesgos de naufragio y de piratería, de la poca capacidad de las naves y de la lentitud del viaje. Además, un solo barco podía llevar las cargas de varios comerciantes a la vez.
rutas comerciales edad media
Rutas Comerciales de la Edad Media
Organizaciones comerciales en el comercio en la Edad Media
La liga Hanseática
Las ferias
La actividad comercial se impuso en toda Europa en el transcurso del siglo XIII. Dentro de un ambiente de plenitud económica, alcanzaron gran importancia las ferias, grandes mercados situados en zonas de contacto entre el comercio mediterráneo y el nórdico, a las que acudían mercaderes de todos los lugares de Europa.
Las ferias no eran mercados permanentes, pues sólo se realizaban en ciertos períodos del año. Su celebración duraba varios días. A estas citas comerciales acudían, también, titiriteros y juglares, que añadían a la celebración un carácter festivo.
De todas las ferias que se celebraban en la Edad Media, las que alcanzaron mayor renombre fueron las ferias de Champaña, que se instalaban en la llanura francesa de ese nombre, a medio camino entre Venecia y Brujas. Las ferias de Champaña eran, por lo tanto, lugares de encuentro entre los comerciantes flamencos e italianos.
ferias comerciales y ligas europeas comercio
Ferias Comerciales y Ligas Europeas de Comercio
Otros instrumentos de el comercio en la Edad Media
Paralelamente al desarrollo comercial a larga distancia, se produjo un desarrollo monetario a través del cual la acuñación y la circulación monetaria aumentaron.
Las primeras monedas que cobraron un valor internacional y que por lo tanto, tenían vigencia en varios países, se hicieron a fines del siglo XII en Venecia: los matapanes de plata. Después, Francia, Flandes e Inglaterra acuñaron, también, monedas internacionales de plata.
La acuñación de oro en cambio, fue propia del siglo XIII. A partir de entonces, la mayoría de los países europeos adoptó el bimetalismo monetario: el uso de monedas de plata y de oro.
Para agilizar las transacciones comerciales se formaron los primeros bancos y aparecieron los banqueros, que se especializaron en reconocer las diferentes monedas, su peso y sus equivalencias.
Con el tiempo, los banqueros se volvieron prestamistas que cobraban intereses por los préstamos que realizaban, aceptaban velar por los ahorros, abrían libros de cuenta y efectuaban transferencias monetarias para sus clientes.
Puesto que viajar con grandes sumas de dinero era muy incómodo como peligroso, la mayor parte del comercio comenzó a realizarse en forma de transacciones a crédito.
También se utilizaron las letras de cambio: un acuerdo entre un prestamista y su deudor en el que el dinero prestado podía devolverse un tiempo después en un lugar diferente al del préstamo y en otra moneda diferente a la prestada.
De esta manera, un mercader italiano que quisiese comprar, por ejemplo, tejidos en Flandes, podía pedir una letra de cambio en esa región y comprar lo necesario y un tiempo después, pagarlo en Italia. Las letras de cambio eran empleadas no sólo por comerciantes sino, también, por otros viajeros, con el mismo fin que los modernos cheques de viaje.
Ferias y bancos
Las ferias de Champaña
Aunque las ferias se celebraron en todos los países europeos, en los siglos XII y XIII todas quedaron relegadas por las ferias de Champaña: seis ferias que se celebraban a lo largo de todo el año una vez en la aldea de Lagny, otra en Bar-sur-Aube, dos veces en Provins y tres en Troyes.
Estas ferias destacaron sobre todas las demás porque los condes de Champaña las protegieron liberando de impuestos a los comerciantes que acudían a ellas. Sobresalieron, también, por su situación geográfica, que las convirtió en el principal lugar de encuentro de los mercaderes.
Por eso, en aquella época, la meta más importante de cualquier comerciante eran las ferias de Champaña. Las ferias decayeron en el siglo XIV. cuando los comerciantes se volvieron sedentarios.
La aparición de los bancos
AI principio, los mercaderes portaban consigo el dinero. Con el tiempo, las operaciones comerciales se volvieron difíciles a causa de la diversidad de monedas y de valores existentes.
Para efectuar cambios de dinero y agilizar las transacciones, aparecieron los primeros cambistas, que ubicaban delante de su tienda un banco, sobre el que colocaban las diferentes monedas.
Otro instrumento importante para su actividad era la balanza: el peso de las monedas permitía establecer la cantidad de metal precioso que contenían y, con ello, fijar su valor. Muy pronto los cambistas recibieron los ahorros de la gente y los invirtieron en empresas lucrativas y en préstamos. De esta manera nacieron los bancos.
Las ciudades del Occidente de Europa que estaban en decadencia desde la caída del Imperio Romano comienzan a resurgir a partir del siglo XI convirtiéndose en el motor de todos los cambios. Pero. “la ciudad” era ante todo un mercado en el que se intercambian todo tipo de productos, tanto con el entorno rural como con las ciudades próximas en los “mercados semanales” o “diarios”, pero sería el comercio a larga distancia, es decir las “Ferias”, las que permiten el crecimiento de grandes ciudades.
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