domingo, 22 de octubre de 2017

Historia del Cafe


Historia del Cafe

El café fue descubierto en África del Norte, más exactamente en el área que hoy es conocida como Etiopía. Una leyenda popular hace referencia a un pastor de cabras llamado Kaldi, que observaba que sus cabras se comportaban inusualmente enérgicas luego de comer los frutos de un arbusto que había en la zona. Curioso acerca de éste fenómeno, Kaldi probó los frutos. Grande fue su sorpresa cuando descubrió que la ingesta del fruto renovaba su energía. La noticia sobre estos frutos cargados de energía rápidamente se difundió en la región.
Ciertos monjes oyeron sobre éstos sorprendentes frutos y las desecaron, para poder transportarlas hasta los monasterios más distantes. Reconstituyeron los frutos en agua, los comieron y bebieron el líquido con el propósito de proveer estimulación para lograr rezos más alertas.
Los granos de café fueron transportados de Etiopía a la península arábiga, más exactamente al actual territorio de Yemen, donde fueron cultivados. Desde allí, el café viajó a Turquía donde los granos de café fueron tostados por primera vez en la historia, sobre el fuego. Los granos tostados fueron molidos y luego hervidos en agua, creando una versión en bruto de la bebida que disfrutamos hoy en día.
El café llegó al continente Europeo a través de los mercaderes Venecianos. Una vez en Europa, ésta bebida sufrió ásperas críticas de parte de la iglesia católica. Mucha gente creyó que el Papa debía prohibir el consumo de café, y lo llamaban "La Bebida del Demonio". Para su sorpresa, el Papa que ya consumía café, bendijo el café declarándolo una bebida cristiana.
Las casas de café se hicieron muy populares en Europa, donde se transformaron en centros del intercambio intelectual. Muchas de las grandes mentes europeas consumían café, considerándolo un trampolín para elevar su creatividad y sus pensamientos.
Por el año 1700, el café encontró su camino hacia las Américas por medio de un capitán de infantería francés, quien cuidó una pequeña planta durante su largo viaje a lo largo del Atlántico. Esta planta, transplantada en la isla caribeña de Martinica, fue la predecesora de 19 millones de árboles en la isla en un período de 50 años. Desde éste humilde origen, el café encontró su camino al resto de los países tropicales de América Central y del Sur.
Más tarde, hacia 1822, tuvo sus origenes el café espresso, con la creación de la primera máquina de café espresso en Francia, pero fueron los italianos quienes perfeccionaron ésta máquina fabulosa y fueron los primeros en fabricarla.
Hoy en día, el café es una industria global gigante que emplea a más de 20 millones de personas. Este noble producto se ubica segundo (después de la industria del petróleo) en términos de dólares comercializados mundialmente.
Con más de 400 mil millones de tazas consumidas cada año, el café es la bebida más popular.
El café se introdujo en España a mediados del siglo XVIII por medio de los italianos. El más conocido fue Gippini que tenía establecimientos en Barcelona, San Sebastián, Sevilla, Madrid y Cádiz.
EL PRIMER CAFÉ QUE SE ABRIÓ EN MADRID FUE EN EL AÑO 1764.
Donde más rápido se expandió fue en la ciudad de Madrid, donde los cafés albergaban las reuniones clandestinas de militantes liberales. El primer café que se abrió en Madrid, como se le llamaba a las cafeterías y aún se hace en algunos lugares, fue en el año 1764 y tuvo lugar en la calle Atocha, llamándose la Fonda de San Sebastián. En Barcelona, el primer café abrió en el año 1781 y se llamaba el café de F.Martinelli.
Más tarde se comenzaron a abrir cafés en la capital de España que frecuentaban asiduamente autoridades de las letras como Espronceda ó Larra pero se tenían en cuenta como locales de ámbito político.
ESPAÑA CONTABA CON UN EXCELENTE CAFÉ CULTIVADO EN SUS COLONIAS AMERICANAS.
Lo bueno de España es que, a pesar de que su consumo tardó en establecerse en comparación con otros países europeos, contaba con una excelente materia prima. El motivo era que en las colonias del sur de América se podía cultivar excelentemente el café, y se conseguía un género de primerísima calidad.
Ya a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, los cafés se convirtieron en un espacio cultural, donde había interesantes y emotivas tertulias de arte y literatura. En la calle del Arenal, el café Levante, reunió en la capital madrileña a tales intelectos como los hermanos Machado, Romero de Torres, Rubén Darío…todos ellos presididos por el ilustre Valle-Inclán.
El café se ha convertido en un símbolo cultural para España, relacionándose con la vida social como formando parte indispensable de la alimentación de millones de españoles.
El café es la segunda bebida –después del agua- más consumida en el mundo. El rico líquido oscuro y aromático que tomamos cada mañana procede del cafeto, una planta que solo se da en determinadas regiones donde se seleccionan los mejores cafés. 
Los principales países productores de café se sitúan entre el trópico de Cáncer y el trópico de Capricornio. La planta del cafeto se siembra en climas subtropicales y en terrenos entre 600 y 1700 metros de altitud con clima caluroso y húmedo.
En la producción de café existen dos grandes variedades (Arábica y Robusta), dentro de las cuales hay, a su vez, multitud de subvariedades. Los cafés Arábica representan cerca del 65-70% del mercado y los Robusta el 35-30%.
El café Arábica tiene un sabor más delicado y un aroma más refinado que la variedad Robusta, aunque las plantas de café Arábica son más delicadas y difíciles de cultivar. Por su parte, el café Robusta requiere condiciones menos exigentes de cultivo que el café Arábica, tiene mayor contenido de cafeína, un sabor más fuerte y mayor acidez.
Las dos variedades se producen en las siguientes áreas geográficas:
 En América Central (Bolivia, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Jamaica, Nicaragua, Panamá, Perú y Venezuela) se cultiva principalmente café Arábica lavado, y sólo una pequeña parte de Robusta (Guatemala).
 En América del Sur se encuentra el principal productor de café del mundo: Brasil, donde se cultiva principalmente café Arábica natural. Los demás países productores cultivan sobre todo café Arábica lavado.
 En África encontramos café Robusta en las zonas del centro-oeste (Angola, Camerún, Costa de Marfil y Uganda) y café Arábica en las del centro-este (Etiopía, Kenia, Mozambique, Tanzania y Zambia).
 En Asia se cultiva tanto Arábica como Robusta en India, Indonesia y Nueva Guinea, y sólo Robusta en Tailandia, Laos, Sri Lanka, Sumatra, Vietnam y Camboya.
                                                      El Café 
 En el inicio de toda empresa humana que ha tenido importancia hay una leyenda.
 El origen del café no ha sido una excepción. Una leyenda, conocida por musulmanes y cristianos, habla de que  en una ocasión en que el Profeta estaba enfermo, el ángel Gabriel le devolvió la salud y la fuerza viril, ofreciéndole una bebida negra como la gran Piedra Negra que hay en La Meca.
 Como esta leyenda corren otras muchas que subrayan la importancia que se le ha atribuido al café a lo largo de la historia humana.
 Lo que parece cierto es que el café se empezó a consumir en las altiplanicies de Abisinia, donde crecía en forma silvestre su modalidad llamada Arábica.
 De Etiopía pasó a Arabia y a la India, probablemente a través de peregrinos musulmanes que viajaban a La Meca, ya que las rutas de peregrinación fueron al mismo tiempo, durante siglos, grandes rutas comerciales.
 Pero los grandes propagadores del café fueron los holandeses, que explotaron grandes plantaciones del mismo en sus colonias de Ceilán e Indonesia.
 Ellos fueron los importadores del cafeto y quienes lo aclimataron en los jardines botánicos de Ámsterdam, Paris y Londres, desde donde pasó a la Guayana holandesa, al Brasil, a Centroamérica y a otros muchos países. Gracias a lo cual en tres siglos esta infusión ha pasado de ser casi desconocida a convertirse en una bebida universal que Bach, Balzac, Beethoven, Goldoni, Napoleón, Rossini, Voltaire y otros muchos personajes de la historia han consumido en grandes cantidades y elogiado desmesuradamente.
I. ORIGEN DEL CAFE
 Las plantas de Café son originarias de la antigua ETIOPIA.
Es fácil confundirse con el origen verdadero del café, ya que antiguas leyendas sobre el cultivo y la costumbre de tomar café provienen de Arabia.
 Uno de los más antiguos escritos que hace referencia al café es llamado "The Success of Coffee" (El éxito del café), escrito por un sensible hombre originario de la Mecca llamado Abu-Bek a principios del S.XV y fue traducido al Francés en 1699 por Antoine de Gailland, el mismo que tradujo "Thousand and One Arabian Nights" (Las mil y una noches).
 La más fuerte y aceptada de las leyendas acerca del descubrimiento del café y la bebida del café es la que hace referencia a un pastor llamado Kaldi. La leyenda dice que Kaldi se dió cuenta del extraño comportamiento de sus cabras después de que habían comido la fruta y las hojas de cierto arbusto. Las cabras estaban saltando alrededor muy excitadas y llenas de energía. El arbusto del que Kaldi pensó que sus cabras habían comido las frutas tenía como frutas parecidas a las cerezas. Entonces Kaldi decidió probar las hojas del arbusto y un rato después se sintió lleno de energía.
 Kaldi después llevó algunos frutos y ramas de ese arbusto a un monasterio. Allí le contó al Abad la historia de las cabras y de como se había sentido después de haber comido las hojas. El Abad decidió cocinar las ramas y las cerezas ; el resultado fue una bebida muy amarga que él tiró de inmediato al fuego. Cuando las cerezas cayeron en las brazas empezaron a hervir, las arvejas verdes que tenían en su interior produjeron un delicioso aroma que hicieron que el Abad pensara en hacer una bebida basada en el café tostado, y es así como la bebida del café nace.
II. DISPERSION DEL CONSUMO Y CULTIVO
 Los Árabes fueron los primeros en descubrir las virtudes y las posibilidades económicas del café. Esto fue porque desarrollaron todo el proceso de cultivo y procesamiento del café y lo guardaron como un secreto. Los Árabes también trataron de evitar la extradición de cualquier semilla de café.
El café comenzó a conquistar territorio en el mundo como la bebida favorita en Europa, y llegó a Italia en 1645 cortesía de el comerciante Veneciano Pietro Della Valle. Inglaterra comenzó a tomar café en 1650 gracias a el comerciante Daniel Edwards, quien fue el primero que abrió un establecimiento de venta de café en Inglaterra y en Europa.
Otro autor, H.J.E. Jacob, afirma que el café como bebida en Europa comienza en Vienna con la invasión por parte de Turkish bajo el comando de Kara-Mustafa. Jacob además da crédito a un héroe de la época, Josef Koltschitzky, por abrir el primer "Cafe" en Septiembre 12 de 1683 en el centro de la ciudad de Vienna.

 El café llegó a Francia a través de el Puerto de Marsella. En 1660 algunos comerciantes de ese puerto quienes sabían del café , sus atributos y efectos por sus viajes alrededor del mundo, decidieron llevar unos cuantos sacos desde Egipto y por 1661 la primera tienda de café fue abierta en Marsella.
 La historia señala a Soliman Aga, el embajador de Persia en Paris durante el reinado de Luis XIV, como el primero en introducir el café en la Monarquía y la alta sociedad Francesa.
 La primera tienda de café en Paris fue abierta al público en 1672 por Pascal Armeniano a lo largo de la tradicional avenida Saint German. Un Siciliano de nombre Procopio abrió una tienda similar cerca, donde se reunían alrededor del exquisito sabor del café, muchos de los mejores ejemplares de la sociedad Parisina. En 1689 Procopio trasladó su tienda de café a un lugar cerca al Teatro de la Comedia Francés donde prosperó y finalmente finalizó cuando ya era conocido en todo Paris.
Un estudio analizó los efectos del consumo de café y cacao durante un año, concluyendo que la combinación de ambos es una manera óptima para reactivar las funciones mentales, mantener la concentración y reducir la ansiedad.
La investigación fue realizada en conjunto por expertos de la Universidad Clarkson (New York) y la Universidad de Wisconsin. Y los resultados, publicados en la revista “BMC nutrition”, mostraron que la infusión de café con cacao contribuyó a combatir la fatiga y reducir la ansiedad en un grupo de voluntarios, tras evaluar la habilidad de los sujetos para realizar ciertas tareas cognitivas, así como al observar las variaciones de su estado anímico.
Luego de medir las capacidades de los participantes en pruebas de reflejos, memoria y ejercicios matemáticos, los científicos concluyeron que, cuando se toman juntos la cafeína y el cacao, estimulan el período de concentración y reducen el efecto de ansiedad que provoca el café.
“El cacao aumenta el flujo de sangre al cerebro, lo que a su vez incrementa la cognición y la concentración. La cafeína sola puede aumentar la ansiedad, pero el estudio encontró que el cacao disminuye la ansiedad producida por la cafeína. Es una buena razón para tomar café moca (café, leche y chocolate)”, señaló Ali Boolani, el autor principal del estudio.
“Los resultados de los tests son definitivamente prometedores y muestran que el cacao y la cafeína son buenas opciones para los estudiantes y cualquiera que necesite mejorar la concentración”, puntualizó el científico.


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  1. El café llegó al continente Europeo a través de los mercaderes Venecianos. Una vez en Europa, ésta bebida sufrió ásperas críticas de parte de la iglesia católica. Mucha gente creyó que el Papa debía prohibir el consumo de café, y lo llamaban "La Bebida del Demonio". Para su sorpresa, el Papa que ya consumía café, bendijo el café declarándolo una bebida cristiana.

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